Correspondencia 1914-1922

$27.200

Nunca sabremos de qué hablaban Melville y Hawthorne cuando quedaban a fumar y beber brandy hasta bien entrada la noche, pero se conservan estas cartas escritas entre enero 1851 y diciembre de 1852, en las que Melville comparte con su amigo ideas e inquietudes sobre la composición de Moby Dick, la verdad en la literatura, la providencia, el éxito, la fama…

Descripción

Como señala Carlos Bueno en el prólogo, la presente correspondencia nos revela una imagen del autor más precisa e íntima que cualquier otro texto, pues «estamos frente a un Melville en todo su esplendor: el vecino y el escritor, el amigo y el loco, el hombre y el profeta».

Se incluyen, además, las conocidas cartas «Agatha», un documento extraordinario que nos permite ver cómo Melville aborda el proceso de creación. No en vano, «Agatha», según la crítica Wyn Kelley, «es el texto más fascinante que Melville jamás escribió, puede que sea una de las historias más interesantes que jamás escribió Hawthorne, y la historia más extraordinaria que Melville y Hawthorne jamás escribieron juntos».

Como colofón, presentamos las dos únicas cartas que Herman Melville escribió a dos de sus hijos durante una travesía por Tierra de Fuego.

«Melville se encuentra entre los escritores de cartas más refinados de la historia literaria norteamericana.» Kevin J. Hayes

Información adicional

ISBN

9788495291547

Editorial

La uña rota

Páginas

424

Encuadernación

Cartoné

Autor.

Marcel Proust nació en Auteuil (París) en 1871 en el seno de una familia adinerada. Desde niño padeció asma. Escribió su gran obra, En busca del tiempo perdido, tema principal de esta correspondencia, entre 1908 y 1922. Sus últimos cuatro años vida, ya muy enfermo, trabajando en la cama, escribe, corrige y reescribe a contrarreloj para terminar a tiempo la última parte de su obra. Murió en París en 1922. Su editor y amigo Jacques Rivère dejó escrito: «Marcel Proust murió a causa de esa misma impericia que le permitió escribir su obra»

Jacques Rivière nace en Burdeos en 1886. Editor y crítico literario y de arte, está considerado como uno de los grandes teóricos que forjaron los gustos artísticos y literarios del siglo xx. En 1919 asumió la dirección de la célebre publicación literaria La Nouvelle Revue française, al frente de la cual se mantuvo hasta el final de sus días. Convertido en una de las figuras más relevantes de la cultura francesa de los años diez y veinte, se relacionó estrechamente –además de con Proust– con autores de la talla de André Gide, T. S. Eliot, Paul Claudel, Antonin Artaud o Valery Larbaud, con los que mantuvo una interesante correspondencia. Falleció en París en 1925 de una fiebre tifoidea poco antes de cumplir 39 años, dejando un libro de memorias de la primera guerra mundial, L’Allemand (1918), una novela, Aimée (1922), y una importantísima obra crítica.

Fue el primero en detectar que en la obra de Proust –en 1914 apenas recién dada a conocer– había todo un proyecto narrativo de largo aliento: «Haga cuanto pueda para hacerse con él: créame, más adelante será un honor haber publicado a Proust», le escribe ese mismo año al dueño de la editorial, Gaston Gallimard.

Entre 1919 y 1925, Rivière editó en la NRF/Gallimard cinco de los siete volúmenes de la gran novelade Proust. El último tomo, El tiempo recobrado, publicado en 1927, ninguno de los dos pudo verlo.

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