Descripción
Falto de recursos económicos, Neruda no pudo completar sus estudios universitarios (de filosofía y de derecho); durante un tiempo trabajó para la administración, hasta que ingresó en la redacción de «Obrazy Zivota», y pudo vivir del periodismo. Algunos desengaños amorosos y alguna enfermedad hicieron que tanto sus versos como su prosa se resintieran de cierto pesimismo -que puede llegar al cinismo provocador-, mal acogido por la «intelligentsia» patriótica. Paralelamente, Neruda se esforzó por combatir las modas literarias en un intento por hallar una visión más amplia y tolerante de la sociedad.
En su obra literaria cabe destacar sus seis recopilaciones de versos, y como prosista, las antologías «Arabesk» (1864), «Prazské obrázky» (1872) y en particular los «Cuentos del Malá Strana» (1878), en los que Neruda presenta a una serie de personajes de la vieja Praga con un estilo que va del humor amable a la ironía más acerba. Un retrato épico del famoso y encantador barro praguense que se convierte en el centro del mundo, la saga pintoresca y familiar de una realidad burguesa que se ve elevada a la universalidad de lo cotidiano. Son historias indiscretas y errabundas, de una alegría melancólica y de amor hacia las pequeñas cosas de la existencia diaria, que protagonizan una galería de personajes inolvidables. Unos personajes que nos resultan a la vez cercanos y extraños y que encarnan, en sus extravagancias y sus modestas aventuras, la ironía, la ternura, el apasionamiento y el rudo fluir de la vida.