Descripción
Lo que no tiene precio es un adoquín evocador de la rabia de 1968 que Annie Le Brun lanza contra los hombres y mujeres más poderosos del planeta, contra su cinismo, con el que se presentan, gracias a sus fundaciones o asus donaciones, como los grandes bienhechores de la humanidad, cuando, a la vez, han declarado la guerra a la libertad y a la belleza del mundo. Por eso, Le Brun habla de un «afeamiento» generalizado que se extiende desde Occidente al resto dela tierra. Con centros comerciales gigantescos, fundaciones de «arte contemporáneo» sustituyendo a los museos tradicionales donde artistas como Jeff Koons, AnishKapoor o Damien Hirst exponen las mismas obras en todas las capitales del mundo,tan monumentales como estereotipadas, y por ello, y sobre todo, feas.La fuerza de estas líneas es tal que solo puede quemar las manos de quienes notienen la conciencia limpia y guiar a los demás por la vía de la belleza, del amor, de la poesía, de la singularidad, muros insalvables contra la barbarie imperante.